Mi Otra Parte

En cada vida tenemos una misteriosa obligación de reencontrar, por lo menos, una de esas Otras Partes. El Amor Mayor que las separó, se pone contento con el Amor que las vuelve a unir [...] Es posible conocer a la Otra Parte por el brillo en los ojos: así, desde el inicio de los tiempos, las personas reconocían a su verdadero amor. La Tradición de la Luna tenía otro procedimiento: un tipo de visión que mostraba un punto luminoso situado encima del hombro izquierdo de la Otra Parte.
De este modo, somos responsables por la Tierra entera, porque no sabemos dónde están las Otras Partes que fuimos desde el comienzo de los tiempos; si ellas estuvieran bien, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufriremos, aunque inconscientemente, una parcela de ese dolor. Pero, sobre todo, somos responsables por reunir nuevamente, por lo menos una vez en cada encarnación, a la Otra Parte que con seguridad se cruzará en nuestro camino. Aunque sea por unos instantes siquiera; porque esos instantes traen un Amor tan intenso que justifica el resto de nuestros días."
L Casei Inmunitas
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Martin Flores -